Sobre la alimentación de tu bebé

En las últimas décadas ha habido una profunda revisión crítica en el campo de la nutrición, en general, y de la dietética infantil en particular.

Han cambiado los presupuestos y los fines de la llamada educación alimenticia y no se puede prescindir de este hecho al escribir un libro que, deseamos, les sea útil sobre todo a las madres para criar a sus hijos del modo más oportuno.

Hoy en día ya no podemos contentarnos con alimentar a nuestros hijos de la manera que nosotros consideremos mejor, sino que, enriquecidos con los conocimientos que la ciencia ha puesto a nuestra disposición, debemos proponernos un doble fin: en primer lugar, hacer que nuestros hijos crezcan sanos y robustos; en segundo lugar, prevenir, con una correcta alimentación, una serie de patologías que pueden aparecer en la edad adulta, pero que tienen sus raíces en la infancia, si en ella ha habido una educación dietética errónea.

El primer punto no necesita más comentarios, ya que ha sido lo que nos hemos propuesto desde siempre: sólo se puede añadir que los más recientes descubrimientos científicos en el campo alimenticio nos han permitido desarrollar esta tarea con mayor facilidad y corrección.

El segundo punto es, en cambio, totalmente nuevo: en las últimas décadas se ha comprobado que muchas enfermedades de amplia difusión y de extrema gravedad por sus consecuencias ya se hallan presentes, en estado latente, desde la primerísima infancia. Me refiero a la diabetes, a la hipercolesterolemia (o arteriosclerosis), a la obesidad: es correcto afirmar que el origen de las mismas se encuentra en desequilibrios dietéticos.

¡Desequilibrios dietéticos en la primera y segunda infancia! Ésta es la amarga realidad, y éste es el problema al que nos enfrentamos.

También nosotros, en nuestro tratado, consideraremos este hecho y desde esta nueva óptica trataremos nuestro tema: la alimentación infantil.